Contrario a la percepción mayoritaria que Andrés Manuel López Obrador obtuvo el triunfo en el pasado y terso proceso electoral, lamento contradecir a los artífices de esa gran campaña mediática que acompañó durante los 13 años de campaña al tabasqueño.

Me explico. Millones de mexicanos padecieron por generaciones y por  casi un siglo, los abusos, excesos, crímenes, desapariciones forzadas, hambruna, pérdida de la libertad, su inalienable derecho universal y constitucional a una vida digna, a manos de los gobiernos del PRI y por supuesto del PAN, pero el 1 de julio ratificaron que su dignidad seguía intacta.

Estos millones de sufrido mexicanos, heredaron generación tras generación algo muy importante: La tolerancia, la paciencia, siempre en espera que en algún momento despojarse de la mediocre cultura de: “y yo qué puedo hacer contra el gobierno, y si caso tengo un voto, nada más”, para algún día, en el momento propicio unirse en una sola voz, en millones de votos y vencer a un sistema corrupto y podrido.

Decía don Lupe, un viejón que conocí en un hospital de la ciudad de México: Mire mi amigo, siempre fui priísta, sí de esos, de los más pobres, y hasta en algún momento dije que había nacido priísta y priísta moriría, pero no, mis hijos, mis nietos ya estamos cansados que el PRI-Gobierno siempre nos diera las migajas, el que siempre se preocupó por mantenernos pobres, siempre nos dio a cuenta gotas lo que por derecho nos correspondía, ah, y eso sí, siempre a cambio de nuestro voto. 

Y la verdad llegó el momento que nos terminaron de llenar el buche de piedras y sin necesidad de ponernos de acuerdo, votamos todos en su contra, sin importarnos si López Obrador cumplirá, o será igual o pero, lo importante fue decirle al PRI-Gobierno hoy te vas a la chingada (…)

Falso que Morena haya sido el artífice de la organización en contra del viejo, criminal y corrupto sistema, fue el instinto natural de supervivencia de la gente, que les llevó a decidirse a echar del gobierno a los responsables de la desgracia de millones de mexicanos, de su dolor, de sus pérdidas de familiares, y amigos, del despojo de sus tierras, del sistemático asesinato de sus sueños e ilusiones truncadas por los aviesos intereses de esa mal llamada clase política.

Sin embargo habrá que reconocer que entre los miles de candidatos derrotados por la gente, había ciudadanos de bien, con deseos de hacer por su gente, pero la pesada losa de las siglas y bien ganado desprestigio de sus partidos políticos los sepultó con una sola palada de tierra; su institucionalidad y carencia del sentir del pueblo los abatió.

Como dijo don Lupe: Sacando al PRI del gobierno ya ganamos. Quizás no me toque ver si este señor (AMLO), cumplirá o será uno más de tantos que he visto pasar, pero tenga la certeza que el día que muera, lo haré con una sonrisa, por haber ayudado a mandar a la chingada a este bola de rateros, y que sean mis nietos y bisnietos los que les toque lidiar y hacer lo mismo sino nos cumplen, pues ya le ensañamos el camino…