Involución histórica con PRI-MOR

Por: Diego Fernández de Cevallos.- Son enormes las expectativas que el próximo gobierno ha creado en más de 30 millones que votaron por Juntos Haremos Historia, de los 90 millones de empadronados. 

Por eso, es mal presagio constatar que ya apareció el verdadero rostro autoritario y faccioso del que, por lo visto, está decidido a hacer prehistoria. 

A nuestra democracia hay que recordarle el adagio: “comienza mal la semana el que ahorcan en lunes”. 

Aún no asume el poder y ya empezaron sus fechorías. López Obrador dice que cambiará el Convenio de Coordinación Fiscal vigente, a través del cual los estados y municipios reciben los recursos federales. 

Nombrará, a capricho, “coordinadores estatales de programas de desarrollo”, que solo le rendirán cuentas a él. Serán la reencarnación de los “jefes políticos” que nombraba en México el Rey de España, conforme a la Constitución de Cádiz de 1812; y los posteriores que eran designados durante el porfiriato. 

Creará, pues, una poderosa estructura económico-política, intermedia entre él (como rey o dictador) y los gobiernos estatales y municipales. Anulará, de facto, los resultados electorales que legitiman a los respectivos gobiernos destinatarios constitucionalmente de los recursos públicos federales, quedando relegados por los nuevos “virreyes”. Eso violará flagrantemente, al menos, los artículos 26, 40, 74, 79, 115, 116 y 134 de la Carta Magna. 

A lo anterior, de suma gravedad, se añade la perversidad específica que se materializará con la designación, que ha dado a conocer, de quienes ocuparán esos inconstitucionales cargos. A tales sujetos no se les conoce por sus capacidades técnicas o administrativas, ni por tener conocimientos sobre las múltiples materias que habrán de decidir. 

Se trata de adversarios políticos de los gobiernos que proceden de partidos opositores; como es el caso de Delfina Gómez, la ex candidata de Morena en el Estado de México, quien tendrá más poder político y económico que el gobernador Del Mazo. Y como ella están los demás, que en tres años serán sus candidatos por Morena. 

Esto es, que vía Decreto Real revertirá los resultados electorales en estados y municipios que no le son afines, arrasando con la democracia, el federalismo y la vida republicana. Centralismo puro, duro y unipersonal. 

Cerrará la pinza: de un lado tendrá a miles de viejitos y un millón de ninis (pagados) para manifestaciones callejeras y para rendirle pleitesía colgándole flores en el pescuezo; del otro, a “virreyes” de su clan. Todos juntos llevarán a cabo “La Cuarta Transformación de México”… como ordene el rey. 

Si el Congreso, los gobernadores y los alcaldes no se revelan, y no lo enfrentan en el Poder Judicial, serán copartícipes con el PRI-Mor, mental y moralmente incapacitado para gobernar.