La inseguridad invencible obstáculo de López Obrador
Ante la mierda de país que dejan el PRIAN y sus cómplices, la crispación y la impaciencia han hecho presa del ánimo de una población devastada, pero sobre todo, urgida de resultados, esperan con impaciencia el milagro llamado López Obrador.
Según la votación obtenida por López Obrador 30 millones esperan un cambio milagroso después del sábado 1 de septiembre, sin embargo todo seguirá igual, por lo menos en los temas de: corrupción economía, pero principalmente de inseguridad.
Ni en los años más crueles de la guerra contra el narcotráfico se registraron unas cifras de homicidios tan altas como las que ha soportado el pasado 2017. Unas 70 personas fueron asesinadas cada día en México, en total se cometieron 25,339 homicidios dolosos.
Mientras se sucedían las detenciones o muertes de los grandes capos, las cifras volvían a entrar en ebullición hasta la última cifra de noviembre, un mes en el que el Gobierno de Peña Nieto ha perpetuado el uso policial del Ejército en el país con la entrada en vigor de la llamada Ley de Seguridad Interior una medida polémica que han denunciado cientos de asociaciones civiles, además de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).
La violencia se ha ensañado también en los focos turísticos del país. Baja California Sur, la perla del Pacífico, ha registrado en los últimos cinco años una crecida de asesinatos de más del 400%: pasando de 35 homicidios en 2012 a 560 en 2017. Otra joya paradisíaca, Cancún, ha pasado de 86 homicidios en 2016 a 220 en el 2017, casi el triple, publicó El País.
Ni López Obrador la tiene fácil, mucho menos sus gobernadores y alcaldes electos. Los ojos y la presión de un electorado masacrado, paranoico, devastado por la cruel violencia será el enemigo a vencer, que no será en automático, mucho menos a corto plazo.
Esta puede se una de las principales razones.
En los Estados Unidos se localiza el mayor consumidor de drogas-negocio que reditúa +-3 billones de pesos anuales-con preocupantes indicadores a la alza en el consumo de drogas duras (heroína, morfina, cocaína, crack, etc), incluyendo la mariguana, con 22 millones de adictos, que seguramente Donald Trump no pretende volverlos más locos y violentos ante una suspensión en el suministro de drogas únicamente por los intereses de México.
Todas las buenas intenciones de López Obrador, sus gobernadores y alcaldes electos, se irán por el desagüe, sino resuelve el tema de la inseguridad y violencia heredada por Peña Nieto e hijos de puta que la acompañaron, y que convirtieron a México en una gran fosa común.
Ojalá me equivoque…
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