Manuel Bartlett y los sótanos del sistema

Muchos se ha hablado y se seguirá hablando del incongruente nombramiento de Manuel Bartlett como director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sin embargo, nada se ha dicho de su oscuro pasado, excepto de la “caída del sistema” en el 88 cuando ayudó a Carlos Salinas de Gortari a llegar a la Presidencia de México. 

Bartlett Díaz fue responsable directo de la desaparición de militantes de la izquierda mexicana durante los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, según testimonios rendidos por familiares de los desaparecidos, así como por testigos protegidos por el gobierno de los Estados Unidos, a petición de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Desde la poderosa y eficaz Dirección Federal de Seguridad (DFS), hasta la Secretaria de Gobernación, el policía poblano (MBD), siguió a pie juntillas la instrucción girada desde la Presidencia de la República, de mantener la “paz social” al precio que fuere.

Hasta ese momento se pudo conocer la existencia de los “sótanos del sistema”, llamados así, porque por desde la profundidad del sistema político mexicanos, se tejieron las más perversas estrategias para desaparecer adversarios, detractores del régimen, pero también, para doblegar a todo aquél político, líder social, magisterial, universitario, eclesiástico y periodístico que osara disentir con las reglas no escritas del viejo sistema. 

A diferencia de la presente época, ideólogos de la talla de Jesús Reyes Heroles, Enrique Olivares Santana, y otros más, hombres cultos, letrados, con una visión nacionalista, que veían el priismo como un movimiento patriótico de izquierda más que uno identitario o nacionalista, se complementaba con siniestros operadores, cultos en la ciencia, en las artes, en las más diversas disciplinas, pero también dispuestos a rebasar los límites morales, éticos, sociales, para conservar la paz social, es producto que sirvió durante más de 70 años al PRI-Gobierno para conservar el poder, y que incluso fue estudiado por universidades y gobiernos extranjeros.

Los sótanos del sistema tenían sus principales sedes en la Secretaría de Gobernación, en la Dirección Federal de Seguridad, en la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales de la SEGOB, en el Campo Militar número uno General de División Álvaro Obregón, Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, y en el Servicio Secreto de la Regencia del Distrito Federal entre otros.

Tanto en el Campo Militar número uno, como en los separos del Servicio Secreto, se decidía la suerte, la vida o muerte de losad detractores del sistema, y siempre bajo la supervisión del entonces secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz, y de los Generales Juan Arévalo Gardoqui,  Arturo Álvarez Nahara, Arturo Acosta Chaparro, Marcelino García Barragán y por supuesto del súper policía Miguel Nazar Haro.  

Bartlett Díaz, autorizaba la tortura en los separos de la Policía Judicial Federal Militar (PJFM), llamados “metro”, por sus dimensiones de un metro por otro, donde los detenidos permanecían hasta meses de pie por las dimensiones del lugar, para posteriormente, si así convenía al gobierno en turno, autorizar su desaparición en los llamados “vuelos de la muerte”, donde los detenidos eran tirados al mar desde un avión militar, o bien ejecutados e incinerados, según versiones de sobrevivientes de los movimientos armados de los 70´.

Los sótanos del sistema son la más aberrante muestra de los límites inimaginables que rebasaron los operadores para conservar el poder de sus jefes en turno. 

La barbarie fue el sello indiscutible del espionaje y abatimiento de aquellos que osaron desafiar al sistema, y que hoy López Obrador premia a unos de sus principales protagonistas Manuel Bartlett Díaz, con una modesta encomienda, la Comisión Federal de Electricidad, que seguramente convertirá en la nueva Dirección Federal de Seguridad (DFS), de su gobierno.

Manuel Bartlett, tiene derecho de réplica…