Tanta miel sobre hojuelas entre López Obrador y empresarios tiene su razón de ser, tienen acuerdos. Llama la atención que tan sólo a unos meses cuando el presidente electos denostaba en contra de los que ponen el dinero en México para crear empleos, ahora los ama y hasta suscribe acuerdos.

Luego de una reunión descrita por ellos como cordial y de confianza, Andrés Manuel López Obrador, candidato ganador de las elecciones presidenciales, propuso al presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, respaldar su iniciativa Jóvenes Construyendo el Futuro, que pretende ser uno de los programas “estrella” con el que el nuevo gobierno quiere comenzará el 1 de diciembre.

Durante la conferencia de prensa, el candidato ganador de la Presidencia aprovechó para pedir públicamente a Castañón el respaldo de los empresarios a su programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que busca becar con 3,600 pesos mensuales a jóvenes para que se capaciten para el trabajo en empresas, negocios y talleres.

“Se les va a contratar como aprendices, para que esté trabajando en empresas, en talleres, en comercios, se les va a pagar un sueldo, pero para operar este programa con el Consejo Coordinador, se va a crear una estructura de tutores, los empresarios van a ayudarnos como tutores, para que contraten a los jóvenes, estén pendientes de su formación, un programa que va a financiar el próximo gobierno democrático”, publicó El Economista.

Bien, hasta ahí muy bien. Sin embargo, la clase trabajadora seguirá padeciendo las de Caín en sus miserables condiciones de trabajo bajo el explotador esquema del outsourcing, que regatea, niega las mínimas condiciones y garantías constitucionales a las que tienen derecho, sometiéndolos a abusivos contratos de 90 días para evitar la generación de hechos de antigüedad, jubilaciones, reparto de utilidades, etc. 

En realidad para la clase empresarial el desprenderse de unos cuantos pesos para aportar al programa “mantengamos un mini”, llamado pomposamente Jóvenes Construyendo el Futuro, pone de manifiesto que el asistencialismo, filantropía pues, entre el Estado mexicano y los empresarios, garantizará la supervivencia de más de 60 millones de pobres, sin que se busque la profesionalización de estos en esquemas de países altamente industrializados como Japón, Alemania, y Reino Unido entre otros.

Con estos acuerdos López Obrador logrará mantener una base electoral no más allá del primer año, quizás año y 6 meses. Pretende que le alcance hasta el 2021 para la celebración del próximo proceso electoral, en el que habrán de renovarse 5 gubernaturas y legislaturas, para de esta forma hacerse de la mayor parte de las entidades federativas. 

El hambre no conoce de colores partidarios, de discursos, mucho menos de promesas, con eso no se come…