Para nadie es un secreto que la “República Amorosa” propuesta por López Obrador, en la que incluye una Constitución Moral, para guiar las almas a la felicidad (…), pone en duda la aceptación del tabasqueño para la cooperación bilateral, mejor dicho imposición, entre el Gobierno de los Estados Unidos y el  de Enrique Peña Nieto, vía la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés).

Lo anterior viene a colación ante el “acuerdo” dado a conocer el día de ayer en Chicago, Il, en el que un “grupo especial” integrado por elementos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y la Policía Federal (PF) de México, ambos países combatirán la infraestructura financiera de los cárteles mexicanos.

Así lo dio a conocer en conferencia de prensa, en Chicago, Illinois, el encargado de la oficina local de la DEA, Brian M. McKnight, quien subrayó: “Hemos puesto en marcha planes de acción innovadores para resolver este problema”.

Destacó que el nuevo grupo, que se enfocará en investigaciones internacionales y tendrá su base en Chicago, perseguirá a personajes de “alto valor” de los cárteles, y también combatirá a pandilleros que están involucrados en la distribución de drogas en esa ciudad.

En la conferencia de prensa estuvieron presentes el encargado de despacho de la Procuraduría General de la República (PGR, Alberto Elías Beltrán; el titular de la Agencia de Investigación Criminal, Omar García Harfuch, y representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Policía Federal).

De acuerdo con un despacho informativo de la agencia EFE,  y reproducido en México por Proceso, Chicago es uno de los principales puntos de recepción de drogas producidas en México, que luego son distribuidas por los Estados Unidos. 

Al respecto cabe señalar, que en 1973 la DEA fue creada, y en su página web justifica su objetivo como:  “Hacer cumplir las leyes y reglamentos de los Estados Unidos en materia de sustancias controladas”, pero hechos concretos demuestran de que la misma administración americana enmascara desde hace más de 50 años una falsa lucha antidrogas. 

Para nadie es un secreto que la DEA en Latinoamérica, supervisa, monitorea y controla el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos, desde Colombia hasta su territorio, pasando por México. 

Así lo señaló el periodista Gary Webb en su investigación denominada The Dark Alliance o La Alianza Obscura, donde devela como el mismo Departamento de Estado con sus agencias como: la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency – CIA), El Departamento de Seguridad Interior (U.S.DepartmentofHomeland Security–US. DHS), la Agencia Federal de Investigaciones ( Federal Bureau of Investigation – FBI), La Administración para el Control de Drogas ( Drug Enforcement Administration – D.E.A) y la Sección de Asuntos de Narcóticos ( Narcotics Affairs Section – NAS), están ligadas íntimamente a este gran negocio internacional junto a la Banca Internacional como principal socio.

Con este anuncio, queda claro en en temas torales entre ambas naciones, y principalmente en aquellos en los que se requiere de instrumentar operaciones especiales, tácticas, subterráneas, y estratégicas para la seguridad del gobierno de Donad Trump, no hay confianza en el próximo gobierno que encabezará López Obrador. Prueba de ello es que ningún miembro del equipo de confianza del presidente electo fue informado, mucho menos invitado al anuncio oficial.

¡Ooops!

En las negociaciones del TLCAN y temas arancelarios que pueden ser ventilados sin problema alguno, en los que el Gobierno de los Estados Unidos tiene todo bajo control, la foto, declaraciones y demás cortesías, Marcelo Ebrad Casaubón es el candidato idóneo para el show time, pero no para el control y suministro de drogas al mayor consumidor del mundo. 

¿Aceptará López Obrado a los malos?

Nota: Este despacho regresa el lunes 20 de agosto por motivos de viaje. Gracias por su comprensión.