El narcotráfico y tráfico de armas, ignorados en el acuerdo “bilateral” México-Estados Unidos
No se piense que estás líneas han sido escritas bajo el efecto de algún psicotrópico o estimulante, no, en realidad el trasiego binacional de drogas y armas entre México y los Estados Unidos, se encuentra contemplado en las cláusulas no escritas (valores entendidos), entre ambas naciones.
Los “negociadores” del extinto TLCAN del gobierno de Peña Nieto, y Jesús Seade por el equipo de López Obrador, temerosos que el señor Trump los enviara con caras desencajadas de regreso a México, enfocaron sus baterías en los temas menos álgidos, y siempre siguiendo la impositiva línea del presidente de los Estados Unidos. Buenos hasta el representante de López Obrador “olvidó” el tema de la migración.
Sin embargo, el narcotráfico y el tráfico de armas desde los Estados Unidos hacia México, ha llevado al país a niveles insospechados de violencia y muerte, generados por la elevada demanda de estupefacientes de los vecinos del norte.
Cuando Donald Trump prometió su famoso muro en la frontera entre México y Estados Unidos, arguyó que entre los mexicanos que la cruzan abundan "los violadores", que llevan "drogas" y “crimen".
El entonces candidato no mencionó lo que Estados Unidos, a su vez, envía a su vecino del sur. Tampoco abordó cuál es el papel que juega su país en el fenómeno de la violencia que castiga a México desde hace años.
La misma denominación de guerra mexicana contra las drogas es profundamente engañosa, pues desvía la atención del papel que juega Estados Unidos.
"Nosotros somos el principal mercado para la venta de drogas, los estadounidenses somos responsables de esta situación, los causantes de la encarnizada y sangrienta guerra que sufre México por el narcotráfico, esto recae firmemente en los Estados Unidos, el problema es nuestro", reconoce el secretario de estado de EUA, Rex Tillerson.
El secretario de dicho país, aceptó finalmente y por primera vez, que no existe otro mercado más que Estados Unidos para la distribución y venta de estupefacientes.
"Todo ingresa a su país, y que México no tendría este problema ni sufriría de la violencia que ocasiona el crimen organizado, si nosotros no fuéramos los principales consumidores".
Afirma que se debe evitar el juego de la culpa, dejar de señalar a México como único responsable y que mientras México y Estados Unidos pierdan el tiempo culpándose entre sí, el único beneficiado es el crimen organizado.
El narcotráfico es el causante de que México esté bañado en sangre, de que a diario haya desapariciones, ejecuciones por la disputa de las plazas y distribución, y también es el responsable de que en Estados Unidos haya miles de decesos por el consumo desmedido.
En 1997, el 15 por ciento de los homicidios sucedidos en México fueron cometidos con armas de fuego; sin embargo, el año pasado (2017), ese porcentaje aumentó hasta el 66 por ciento, según artículo publicado el 5 de febrero del 2018 por The New York Times.
El más reciente informe del Center for American Progress, una organización estadounidense que se encarga de la investigación y defensa de políticas públicas. En este reporte los investigadores citan los registros de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que revelan que, entre 2011 y 2016, al menos 106.000 armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México.
De esa cifra, 74.200 fueron compradas legalmente en territorio estadounidense, pero el informe también señala que cada año cerca de 213.000 armas de fuego son transportadas ilegalmente hacia territorio mexicano.
“Estados Unidos tiene la obligación moral de mitigar su participación en el incremento de la violencia letal en el extranjero”, comenta Chelsea Parsons, coautora del reporte. “Aunque existen muchos factores exclusivos de cada nación que afectan las tasas de delitos violentos, Estados Unidos podría hacer más para reducir los riesgos que plantean las armas de fuego estadounidenses que cruzan la frontera y que se usan para perpetrar delitos en los países cercanos”.
En 2017, México alcanzó su nivel más alto de homicidios en los últimos veinte años, con una tasa de 20,5 homicidios por cada 100.000 personas. Los investigadores sostienen que, aunque esa cifra en parte se debe a los altos niveles de impunidad con el comportamiento delictivo, el acceso a las armas de fuego también ha sido un factor clave en el aumento de los homicidios.
No faltará el (los) “iluminados” que salgan en defensa de su mesías, argumentando que estos temas nos corresponden a la agenda de negociaciones de lo que fue el TLCAN. Se equivocan, e ignoran, que durante las negociaciones anteriores, estos temas fueron insertos y tratados en la agenda durante el gobierno de Barack Obama y sus antecesores, pues son parte de la seguridad nacional del gobierno de Los Estados Unidos.
Estos tan importantes temas, no fueron siquiera aludidos por el equipo mexicano, siendo que en realidad son más urgentes y letales que la migración, el desempleo, la hambruna y la corrupción.
Da pena, vergüenza, la sumisión del gobierno de Peña Nieto, pero más la del próximo gobierno de López Obrador…
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