El Senado en manos del señor de horca y cuchillo

Si hay una figura que permanece a lo largo de los tiempos, a pesar de las transformaciones y evoluciones de la sociedad civil, es la figura del señor de horca y cuchillo. 

Hay políticos que se empeñan, en ser fieles continuadores de esa figura, mítica y trasnochada. Se consideran inviolables, inabarcables, intocables, incontestables, indiscutibles. Ególatras, consideran que es su destino y su obligación salvar al mundo, de sí mismos.

Así percibe la sociedad al expriísta Ricardo Monreal Ávila, hoy coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República. La eterna ambición por el poder lo ha llevado a transitar por todos los partidos políticos, opositores a los gobiernos en turno, excepto Acción Nacional, para hacer del poder público un patrimonio personal. 

Ahora, usufructuario sexenal del Senado de la República, impulsa un régimen de austeridad, sí, pero para los demás, pues él ha hecho de la política su modus vivendus. De este oscuro personaje se afirma que su fortuna personal consistente en ranchos, mansiones, empresas constructoras, hoteles, gasolineras, etc, todas a nombre de amigos y familia, supera los 9 dígitos.

Su arribo al Senado, le permitió imponer a 7 familiares a cargos de elección popular en Zacatecas vía Morena, con la excepción de su hermano Saúl Monreal, el que por méritos propios contendió y ganó la alcaldía de su natal Fresnillo.

Además, Ricardo Monreal, hace suyas las alcaldías de Guadalupe, y de la capital del estado, como si los alcaldes electos fueran simples marionetas a su servicio, impulsando una belicosa política discursiva y mediática en voz de julio César Chávez Padilla, alcalde electo de Guadalupe, en contra de su antecesor, sabedor que fue parte los gobiernos municipales anteriores como regidor y secretario de gobierno.

Aún más, Monreal Ávila asumió personalmente la defensa del gobernador de Chiapas Miguel Velasco para que le otorgaran licencia para separarse del cargo en el Senado, volver a la gubernatura, y al término de su periodo, regresar de nueva cuenta al senado, favor que tiene que ver con la operación electoral en Chiapas en el 2015, cuando tres de sus más cercanas colaboradoras fueron detenidas descendiendo de un vuelo privado en el aeropuerto local con 1 millón de pesos en efectivo, además del compadrazgo religioso con el mandatario.

Su ambición va más allá. Basta recordar algunos pasajes, como aquel en el mes de diciembre del 2017, después de meses de no vérseles juntos en público, Andrés Manuel López Obrador, entonces precandidato registrado de Morena a la presidencia de México, y el aún delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, volvieron a encontrarse abiertamente.

A pregunta expresa de reporteros sobre si coordinará la campaña del tabasqueño, Monreal Ávila zanjó "ayudaremos a Andrés Manuel donde sea necesario, pero no creo que sea ni cargo en el partido ni puesto en el gabinete, vamos a estar desde la trinchera ciudadana ayudando.”

Sin embargo, Proceso puso al descubierto la generosidad ciudadana de Ricardo Monreal. El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador pactó con su operador político, Ricardo Monreal, el liderazgo de la bancada de Morena en la Cámara de Senadores a cambio de su apoyo en campaña.

Durante la presentación de sus 13 prioridades de reformas legislativas, López Obrador no tuvo empacho en el dar a conocer el pacto político que hizo con quien también fuera aspirante a jefe de gobierno de la Ciudad de México y que posteriormente fuera derrotado, tras una supuesta consulta interna, por Claudia Sheinbaum Pardo, para dicha candidatura.

Ricardo Monreal afirma que desterrará la corrupción del Senado de la República, pero convenientemente olvida, que nunca se pronunció ante el saqueo del erario del gobierno de Zacatecas, por su cuadro, alumno y amigo el exgobernador Miguel Alejandro Alonso Reyes, al que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), observó más de 5 mil millones de pesos no comprobados en los ejercicios fiscales del 2010 al 2015, y fincó acciones resarcitorias, quien además tiene 5 denuncias interpuestas ante la PGR por lavado de dinero, evasión fiscal y peculado entre otras.

Este es el común denominador de la mayoría de los integrantes del equipo político de López Obrador, entre los que destacan: Napoleón Gómez Urrutia “Napito”, Manuel Bartlett Díaz, Fausto Vallejo Figueroa, y José Narro Céspedes entre otros, quienes llegan para hacer del país un patrimonio personal, dejando al tabasqueño mesías siga en su nube, mientras ellos se preparan para el 2024, fecha en que pretenden sucederlo. 

Estamos frente a una pandilla de señores de horca y cuchillo, no hay duda…