Pt´s, Andrés, no es el estanquillo de la esquina, es México

A 38 días que pueda rendir protesta como presidente de México (pues no hay nada seguro en la vida, ni la vida misma), el Peje se ha comportado como abusivo encargado de un estanquillo, ni siquiera como dueño; dedicado de tiempo completo a bajar los precios sin tener la menor idea de sus costos, fiando sin autorización la mercancía, eligiendo proveedores “amigos”, descalificando a los demás, y metiendo mano a la caja registradora como si el negocio fuera suyo. 

Recordemos que el Peje recorrió todas las colonias y barrios posibles, diciendo a la gente que el administrador en turno del estanquillo era un ladrón, que los estaba robando, que sus precios eran excesivos para la gente pobre; que ahora sí tendrían no solo mercancías y servicios baratos, sino también, dinero gratis para los vagos de la esquina, pero principalmente, prometió con la diestra en corazón, que metería a la cárcel a todos los administradores y empleados abusivos y corruptos. 

Habiendo ganado y de calle la elección de la colonia, vuelve a contratar a presuntos y confesos ladrones, para que promuevan el que será su “negocio” a partir del 1 de diciembre. Para quedar como el “héroe del barrio”, promete todo lo que se pueda imaginar, sin saber si las arcas y bodega del estaquillo alcancen para cumplir. 

Sin conocer límite más que la medida de su boca, alborota la colonia en favor de su constructor favorito, para la edificación de una nueva terminal que comunique a la colonia, sabiendo que su ocurrencia lo único que traerá consigo será el correr a los inversionistas que traerían empleos y dinero fresco para su estanquillo.

Aún más, olvida que miles y miles de familias optaron migrar a la colonia anglosajona donde son humillados y sometidos a una cruel explotación, y se convierte en su incondicional aliado, pues el Peje cree en forma absurda, que su vecino lo tratará con privilegios a cambio de su pública sumisión llamándolo “tolerante y visionario”.

Por si esto no fuera suficiente, agrede y llama asesinos a los miembros de las fuerzas armadas que cuidan la colonia y se pelea con los periodistas que le critican su locura, abusos, mentiras y su soberbia actitud como el barbaján del barrio, el  clásico perdona vidas, a quienes culpa de lo que será su inminente fracaso, en el que también incluye al gerente del Banco del Barrio.

Así se comporta López Obrador, mejor conocido en el bajo mundo como el Peje. Olvida que está a punto de conducir un país, y no una colonia; olvida que México no es el estaquillo de la esquina del barrio, sino una gran nación. Al paso que vamos seguramente el Peje pondrá un vistoso y mal escrito letrero en la fachada del estaquillo: 

Hoy se fía, mañana también…