Después de más de 30 años en permanente campaña, ahora, a punto de asumir el poder total del gobierno del Estado, se confirma el mitómano comportamiento de López Obrador, pero sobre todo, que es un peligro para México.

Hábil embustero, adicto extremo a la oclocracia (el gobierno de la muchedumbre, de la plebe o el vulgo), miente a la muchedumbre, la nutre con rencor e ignorancia, y empuja siempre en contra de aquello, aquellos que se puedan convertir en obstáculos que   puedan frustrar sus maniacas ambiciones de convertirse en dictador y trascender en la historia de México como Juárez, Morelos, Madero, etc.

Toda su vida ha mentido siempre en busca de beneficiarse de los demás, sin importar los costos para el país. El bloqueo e incendio a los pozos petroleros de Tabasco; el plantón en Paseo de la Reforma; los 556 millones de pesos en deudas a proveedores del plantón; los 7 mil empleos perdidos por causa también del plantón; los 1 mil 200 millones de pesos en pérdidas de empresas ubicadas en Paseo de la Reforma, etc.

López Obrador apuesta al último estado de la degradación del poder, o sea la degradación de la democracia. Alienta a la ignorante muchedumbre para la defensa de sus burdos engaños, orillándola al linchamiento de los opositores, ahora mediático, después físico, cuando tomen las calles para exigir el restablecimiento del estado de Derecho.

López Obrador no ve que al paso que va incendiará al país, dividirá aún más a los mexicanos, formando violentas hordas en su favor, y en contra quienes pensamos diferente, y nos oponemos a su estúpida concepción del ejercicio de la “democracia”, degradada a su máxima expresión.

En este tenor, la cancelación (no oficial) de las obras del NAIM es pacata minuta en comparación con la crispación de los ánimos entre sus huestes, que azuza como canes en contra de los opositores, incluyendo medios de comunicación críticos e incómodos a su incipiente dictadura. 

Mientras tanto, la muchedumbre celebra cada desplante y ocurrencia del dictadorzuelo, como si hubieran ganado, siendo que en realidad perdieron, solo es cuestión de tiempo.

A México nos esperan tiempos de cólera, de más sangre, de violencia inducida por un mitómano que confirma todos los días que es un peligro para México...