El PRI le dió las nalgas (literal)

El dirigente estatal del PRI, Gustavo Uribe Góngora, aseguró categóricamente que ante las acusaciones recientes en contra del Licenciado Miguel Alonso Reyes, el priismo zacatecano está y estará con él, porque es uno de los cuadros más valiosos que siempre ofreció respaldo y respeto a nuestro Partido como Gobernador de Zacatecas (…)

Ante la revuelta mediática que involucra al exgobernador Miguel Alonso Reyes en actos de presunta (obvia) corrupción y peculado, el dirigente del PRI estatal prefirió salir en defensa de quien lo ayudó a trepar (literal) al poder, que a quien le debe lealtad por ser el primer priísta de Zacatecas.

Uribe Góngora fue mas allá y pidió a su comunicador redactara y mal por cierto, un boletín en el que deja fuera de duda que su estoica defensa de Alonso Reyes, que no fue pedida, le fue exigida por el exgobernador.

Miguel Alonso no necesita ni ha perdido ningún respaldo político, porque siempre se ha mantenido activo y cumpliendo sus obligaciones como militante del PRI y, por ello, su partido saca la cara y cierra filas ante las especulaciones y calumnias de estos últimos días y demanda responsabilidad y seriedad (…) 

El sumiso dirigente partidario fue mas allá y envió velada advertencia al Fiscal del estado. 

El líder priista espera que la Fiscalía General del Estado haga su trabajo con imparcialidad y atingencia, sin las presiones de una estrategia política opositora que busca debilitar al PRI denostando a Miguel Alonso y acorralar al gobernador obligándolo a intervenir en asuntos legales, que son competencia de la Fiscalía (…)

A ello habrá que agregar, un gabinete silencioso, dejando pasar las cosas, y dedicado en su gran mayoría a velar por sus intereses y cuidar del cargo, con asesores que le aconsejan al gobernador “que no pasa nada”, cuando en realidad el agua le llegó al cuello, y por supuesto, ninguna estrategia de comunicación en favor del mandatario.

Desde el arribo del exgobernador a Zacatecas, los fraccionamientos Bernárdez, Tahona y Lomas de Galicia entre otros, fueron convertidos en enclaves alonsistas, en los que los Peña Badillo, Huizar Carranza, Flores Mendoza, González Nava, Uribe Góngora, Soto Acosta, etc, trazaron urgente estrategia para la defensa de Alonso Reyes.

Aún mas, en el centro del escándalo, la vox populi apuntaba al gobernador culpándolo de cómplice de su amigo, el exgobernador, pero ni el PRI, ni sus sectores, mucho menos funcionario alguno salió en su defensa, tuvo que hacerlo personalmente el aludido. 

A toro pasado y después de defender a Miguel Alonso, como “premio de consolación” Gustavo Uribe reunió a los expresidentes del PRI para “cerrar filas con el gobernador”, nunca para defenderlo de la acusación popular de cómplice.

El problema no es si defienden o no al gobernador, el gran problema es que el urgente regreso de Miguel Alonso a Zacatecas, fue, además de cobrar facturas a los llamados “cinco fantásticos”, acallar el boom mediático que amenazaba con extenderse hasta la morena capital del país, contando con la ayuda de los medios y plumas que durante su sexenio Alonso Reyes les dio recursos a manos llenas, y así poder pasar de acusado a víctima. 

Miguel Alonso se siente tranquilo creyendo ingenuamente que todo el litigio está en manos de la Fiscalía General del Estado de Zacatecas, olvidando, que a demás de las denuncias interpuestas ante la extinta Procuraduría General de la República (PGR), ya se preparan otras por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), otras tantas de ciudadanos zacatecanos, además de las pendientes en la Corte Federal de los Estados Unidos.

Los que hoy lo defienden también tienen cola que les pisen…

En Zacatecas perdimos la capacidad de asombro y algo más 

Pareciera que en Zacatecas se ha vuelto “normal” el desempleo, la inseguridad, secuestros, feminicidios, la cruel migración, la aviesa corrupción, la impunidad, los “acuerdos” para beneficiar a unos cuantos, y no a la población; la grotesca impunidad; la ofensiva vida de políticos y funcionarios que presumen sin rubor por alguno; la extrema pobreza que día con día avanza sin detenerse.

Preocupante la perdida de la dignidad, que le gente sigue agradeciendo las miserias entregadas con sus impuestos; aplauden la entrega de miserables programas que siempre buscan mantener la vigente la pobreza; los jubilosas recepciones a secretarios y mandatarios como si fueran sus mejores amigos y trajeran consigo buenas nuevas; la protesta hipócrita de organizaciones que aseguran luchar por los derechos de las mujeres, mientras sus “lideresas” están en nóminas estatales y municipales; el cinismo de los llamados líderes de partidos políticos, que juran que ahora sí verán por la gente y la gente que se los cree y celebra, etc.

Llegó el tiempo de dejar de mendigar…