Al comenzar la lectura de estas líneas, seguramente la mayoría de mis tres lectores dirán: ¿y porqué Zacatecas?. Tienen razón. Efectivamente, la totalidad de las entidades federativas participan en la exportación de dinero público a otra entidades, producto del peculado y el cobro de piso a constructores y proveedores para adjudicación de millonarios contratos. 

En el caso que nos ocupa, los delincuentes (literal), optan por “invertir” los recursos desviados en otras entidades limítrofes con el estado, y también en destinos de playa, constituyendo empresas, sociedades, y adquiriendo lujosos departamentos para sus vacaciones y los llamados “puentes”, siempre ostentando un despilfarro de recursos como si los hubieran ganado con el sudor de su frente.

Aún más, en la mayor de las ingenuidades y siempre amparados en el otrora cómplice gobierno federal emanado de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, contratan prestigiados despachos contables, los que para ser francos, quedan exentos de convertirse en cómplices, toda vez que su función toral es cuidar el obligado cumplimiento de las obligaciones fiscales, pero en ningún momento investigar el origen de los recursos invertidos.

En este tenor, los ingenuos defraudadores olvidan que ahora que el furioso gobierno de la Transformación de Cuarta, requiere de muchas cabezas para saciar la sed de venganza de una muchedumbre fanática, ignorante y desinformada, en el que las instituciones de procuración de justicia y fiscales, hurgarán hasta por debajo de las piedras para identificar a los “inversionistas”,  sacarlos a la luz pública, pero principalmente, conocer el origen de las millonarias fortunas depositadas en aparentes negocios legales.

En los próximos meses iremos conociendo los nombres y fortunas de conocidos zacatecanos, que serán sometidos al largo brazo de la ley, las empresas y negocios a donde fueron a parar los dineros públicos y por supuesto, su consignación y encarcelamiento, para saciar la sed de venganza, que no justicia, que un pueblo hambriento de sangre espera del moreno gobierno de López Obrador.

Al tiempo…

Los otros cómplices de la corrupción 

En el tema del oprobioso cáncer de la corrupción que necrosa las entrañas de este gran país , siempre aparecen en primera línea los autores materiales, dejando fuera de la vista de la sociedad a los cómplices, que regularmente participan en las ganancias del ilícito. 

En el ámbito gubernamental en los tres órdenes de gobierno, los  poderes Legislativo y Judicial del Estado mexicano participan abiertamente en solapar, incluso en “autorizar” la aviesa corrupción. 

El Poder Legislativo a través de sus órganos de fiscalización como los son las Auditoría Superiores de la Federación y de los estados, responsables de auditar los ejercicios fiscales de los tres órdenes de gobierno, se muestran omisos en la mayoría de los casos de corrupción, enviando endebles “observaciones” en los malos manejos de los dineros públicos, facilitando la aprobación de las cuentas públicas por el Poder Legislativo.

Las Auditorías en sus dos versiones (federal y local), tienen las facultades para denunciar ante agentes del Ministerio Público las anomalías, mejor dicho los latrocinios cometidos por mandatarios, alcaldes y funcionarios, optan por estos dos últimos, siempre y cuando carezcan de los suficientes apoyos políticos y partidarios, pero nunca con los mayores en la cadena de mando.

Este mismo Poder personificado por los legisladores, los que se asumen como jueces y representantes de una sociedad confiada, ignorante en su gran mayoría, y desinformada, reciben de las Auditorías Superiores las observaciones a las cuentas públicas de gobiernos y municipios, para su aprobación, y así sepultar cientos, miles de anomalías que dañaron severamente a una sociedad ciega, miope, agonizante.

Ambas instancias del Poder Legislativo se prestan al juego político, a la negociación siempre en favor de sus personales intereses y de sus partidos políticos, menos de la sociedad, que la finalmente asume los altísimos costos de la corrupción legislativa.

En cuanto al Poder Judicial, este con sus contadas excepciones traduce en impunidad las endebles y mal estructuradas denuncias para evitar no solo que los corruptos alcaldes y funcionarios pisen la cárcel, sino también para que sean absueltos con un “usted perdone”.

Esta es sólo una parte del entramado de la corrupción que tiene de hinojos a este gran país…

Los aludidos tiene a salvo su derecho de réplica…