Los abusos, aún en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan 

Joseph Sanial-Dubay

Aquél que acude al acoso, al chantaje, para obtener la atención y relaciones sexuales no consensuadas con una mujer, refleja que en su niñez careció de una buena cuna, de valores, de moralidad, del respeto a la mujer, seguramente reflejo de las vivencias familiares en las que las mujeres de su familia fueron sometidas, y abusadas por su padre y hermanos. 

De acuerdo a miles de historia de acoso y abuso en contra de mujeres, estas dan cuenta de niños que desde sus primeros años de vida fueron mudos testigos del abuso de su padre en contra de su madre, presenciando escenas golpes, maltrato, incluso violaciones ante la negativa de su madre; las hermanas también sufrieron agresiones de hermanos ante el ejemplo y complacencia de su padre.

Seguramente así fue la niñez del duranguense Jorge Miranda Castro, alcalde la capital de Zacatecas, el que no termina de ser nota roja ante su pública corrupción y abusos en contra de excolaboradoras, y humildes mujeres de la capital del estado, amparado en la impunidad obtenida a base chantajes a los gobernadores en turno y al fuero constitucional de que goza. 

En el mes de febrero del 2020 Un grupo de mujeres, respaldadas por el Sindicato Independiente de Trabajadores del Estado de Zacatecas (Sitez), denunciaron acoso laboral y sexual durante los cuatro años recientes en tres dependencias del gobierno estatal. Señalaron a Jorge Miranda Castro, secretario de Finanzas, a Víctor Armas Zagoya, ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente, y a Víctor Rentería, secretario de Administración. 

Lo más grave, aseguraron, es que los tres funcionarios han sido “protegidos” por el gobernador priísta del estado, Alejandro Tello Cristerna, quien al menos en una ocasión pidió a una de las quejosas abstenerse de interponer denuncia. 

El 24 de mayo del 2023, un grupo de mujeres, habitantes de escasos recursos que viven de la denominada franja de San Antonio de Padua, en el barrio popular de El Orito, al poniente de la capital de Zacatecas, denunciaron en entrevista con este diario, que el presidente municipal Jorge Miranda Castro, del PVEM, y sus funcionarios del ayuntamiento, han impedido su legítimo derecho a regularizar los terrenos donde han erigido sus humildes viviendas, en las que viven desde hace más de 20 años.

En este proceso electoral del 2 de junio, votar por esta clase de abusadores como Jorge Miranda, alentaría la impunidad y proliferación de agresores y feminicidas, que a la fecha han cobrado la vida de más de 3 mil mujeres, niñas y adolescentes cada año, y que un su mayoría sus agresores siguen libres gracias a la impunidad otorgada por gobernantes, funcionarios, y en el menor de los casos por jueces.

Tiene derecho de réplica en el terreno que elija

* Con información de La jornada